Necrológica: Profesora Dra. Marcella Maria Althaus-Reid
El viernes 20 de febrero de 2009 la Teología perdió una voz innovadora cuando la profesora Dra. Marcella Althaus-Reid murió en el hospicio Marie Curie de Edimburgo (Escocia). La ESWTR acompaña en el sentimiento a su marido, su familia y sus amigos y amigas. Aquellas personas que valoran la Teología creativa e inteligente de Marcella están en deuda con ella.
Marcella era una argentina de origen con intenso compromiso con la Teología de la liberación. Estudió en ISEDET, la Facultad de Teología Protestante de Buenos Aires, y se doctoró en la universidad St. Andrews de Escocia. Desempeño la cátedra de Teología contextual en la Escuela de Divinidad de la Universidad de Edimburgo. Además trabajó con comunidades empobrecidas de Argentina y Escocia. Ella valoraba que temas como Cuerpo y Sexualidad estuvieran ligados con otros propuestas liberadoras. Compromisos feministas y provocativos determinaron su singular e importante obra. Fue la autora de los valorados libros „Teología indecente“ y „El Dios Queer“. Sus hallazgos en Teología de liberación y Teología sexual fueron sinceros, valientes y provocativos. Ella escribió desde la convicción de que solamente una Teología radical que supere el marco aceptado hasta entonces podría mostrar la presencia de Dios en nuestro tiempo. Desafió el aplastante poder de la Ortodoxia y halló ánimo e impulso en las zonas marginales. La “Teología Indecente” medita sobre las experiencias sexuales de los pobres por medio del análisis político y económico, y dispone así la ideología sexual de la Teología sistemática. “El Dios Queer” define un concepto de santidad que supera los prejuicios sexuales y coloniales, y muestra como la Teología Queer se encuentra en búsqueda del anuncio, o mejor dicho, del alumbramiento liberador de Dios.
Fue un gran honor para mí colaborar con Marcella y contarla entre mis amigas. Estoy en deuda con ella porque su integridad me animó a enfrentarme a las cuestiones difíciles. Antes de su muerte tuve que prometerle que, en caso de que escribiera sobre ella, aseguraría con firmeza que ambas éramos un equipo teológico, compañeras que se desafiaban mutuamente, que se reían y leían juntas, que debatían, y que entendían el Evangelio desde los excluidos. Eso era un equipo teológico, decía ella, que trabajaba por proximidad intelectual y espiritual desde el corazón y la cabeza. Yo estoy de acuerdo con mi querida amiga y le estoy agradecida por la alegría compartida en el camino que hemos compartido juntas.
Conoceréis todas la rica obra científica de Marcela, pero quizá estéis igual que yo afectadas por la pasión con la que ella inició su tema, y por los profundos conocimientos que ella transmitió a través de su vital entendimiento y su creativo pensamiento teológico. La obra de Marcella Althaus- Reid tendrá eco durante generaciones.