Necrológica: Prof. Dra. Kune Biezeveld
El 7 de septiembre de 2008 falleció, tras una larga enfermedad, Kune Biezeveld, profesora de Investigación de las Mujeres en Teología en la Universidad de Leiden y miembro desde hace muchos años de la Sociedad Europea de Mujeres Investigadoras en Teología (ESWTR). La muerte le sobrevino en su domicilio, rodeada de su familia.
Kunegonda Elizabeth Biezeveld había nacido el 13 de abri l de 1948 en La Haya. Tras cursar el bachillerato en su ciudad natal, estudió Teología en la Universidad de Leiden y, una vez finalizados sus estudios, ejerció el cargo de ministra de la Iglesia Reformada Holandesa en las parroquias de Zandvoort y Voorthuizen y posteriormente trabajó como pastora espiritual en el hospital de Blaricum.
En esta época entró en contacto con la teología feminista y enseguida llamó la atención de otras teólogas, como la pionera de este movimiento, Fokkelien van Dijk-Hemmes, prematuramente fallecida. Durante su actividad como pastora espiritual de los enfermos maduró en ella la decisión de hacer una tesis doctoral, que defendió en 1996 en la Universidad de Leiden. Su trabajo Spreken over God als vader. Hoe kan het anders? [Hablando de Dios como Padre. ¿Cómo puede ser de otra manera?] conoció dos ediciones. Ese mismo año se incorporó como profesora de Dogmática a la Universidad de Leiden. Algunos años más tarde (2001), la Iglesia Reformada Holandesa la nombró catedrática de Investigación Feminista y ocupó la cátedra creada al efecto en la Universidad de Leiden. Kune Biezeveld tiene muchas publicaciones sobre teología sistemática, entre ellas algunos libros escritos en colaboración con otras teólogas. Su última obra aparecerá póstumamente en los próximos días y será presentada al público en el marco de un simposio: Als scherven spreken. Over God in het leven van alledag [Cuando hablan las cazuelas. Sobre Dios en la vida cotidiana ].
Hace año y medio, a Kune Biezeveld le fue diagnosticado cáncer de páncreas. Tras la operación, Kune se incorporó enseguida al trabajo, haciendo gala una vez más de su tenacidad. Cuando un año más tarde se le reprodujo el cáncer, Kune supo que le quedaba poco tiempo de vida. Dedicó la mayor parte de su energía a acabar su último libro, sin desatender por ello su actividad en el grupo de investigación interdisciplinar “Mujeres Investigadoras en Teología” (Dwarsverband Vrouwenstudies Theologie), creado en el seno de la Asociación Holandesa de Investigación en Teología (NOSTER), grupo que dirigió conmigo desde 2005. En el último año y medio de su vida, Kune tuvo la satisfacción de conocer a tres nietos. Casada durante 24 años con el ministro de la iglesia Reinier Beltman, ayudó a su esposo a educar a los tres hijos que este había aportado de un primer matrimonio.
El hecho de que pudiera terminar su último libro la llenó de una enorme satisfacción. Trabajó en él durante muchos años y es el fruto maduro de toda una vida, que todos esperamos con el máximo interés. Quienes lo han leído dicen que, ante la inminencia de su muerte, Kune formuló algunas tesis con un talante más abierto. En la mañana del domingo 7 de septiembre se durmió plácidamente para siempre después de haber ordenado muchas cosas hasta el mínimo detalle en los meses previos, entre ellas, la misa de difuntos, que se celebró el 13 de septiembre con gran asistencia de público. Familiares, amigas y amigos, (antiguos) alumnos y colegas, así como miembros de la parroquia al cargo de su esposo en Hilversum, “De Morgenster”, le rindieron los últimos honores.
Refiriéndose a su trabajo teológico, Kune Biezeveld escribió en cierta ocasión que su interés se centraba en la “renitente” relación entre la teología vista desde una perspectiva feminista y la así llamada teología “clásica”: la teología clásica se ve enfrentada, de forma fructífera, al reto de contemplarse a sí misma con otros ojos desde la perspectiva del género. Ella misma se ocupó de esta cuestión, empezando por su tesis doctoral, pero también en sus obras posteriores, de un lado, al estudiar la palabra de Dios en la tradición cristiana y la confrontación, habitual en la reflexión de la teología sistemática, entre el Dios Padre judeo-cristiano y una Diosa Madre pagana y, de otro lado, al resaltar el valor de la naturaleza, de la corporalidad y de la vida cotidiana. Kune insistía una y otra vez en que nuestra forma de hablar sobre Dios no tiene nada que ver con la esencia divina: existe una distancia saludable entre lo que nosotros podemos decir sobre Dios y lo que Él es realmente. La palabra de Dios ha brotado siempre de la experiencia humana; surge en situaciones cotidianas y ello nos abre constantemente a nosotros, los seres humanos, nuevas perspectivas sobre quién es Dios y cómo es. Kune llevó la confrontación con la tradición hasta el límite y ella misma permaneció muy cerca de esta línea. Durante su actividad como profesora de Dogmática tuvo ocasión de comprobar que muchas de las teorías y diferenciaciones todavía habituales (por ejemplo, sagrado – profano; palabra – realidad) se basan en una interpretación anticuada de la teología bíblica que, sin embargo, sigue siendo muy influyente. Nuestra teóloga quería aportar a su teología puntos de vista más modernos, por ejemplo, en su análisis del “paganismo” y el “culto a las diosas”, y contribuir a una reescritura de la palabra divina, fundada en la teología bíblica pero alejada de la reflexión metafísica sobre Dios, para llegar a un Dios presente y tangible en la vida cotidiana. Kune estaba convencida de que la tradición cristiana contiene abundantes huellas de esta palabra de Dios, que, sin embargo, nosotros no siempre somos capaces de reconocer o aprovechar.
Esta búsqueda de conexiones entre la teología y la vida cotidiana se refleja también en el proyecto de investigación interdisciplinar de NOSTER, “The Everyday and the Sacred” (Lo sagrado y la vida cotidiana), cuya idea original se remonta a ella. Incluso en su lecho de muerte, Kune seguía pensando en este proyecto y en las personas que trabajaban en él. Esperamos poder terminarlo el próximo año con un volumen recopilatorio en inglés.
Su moderación y su serenidad al transmitir sus opiniones teológicas le granjearon un enorme reconocimiento en círculos universitarios. Testimonio de ello es su elección como miembro de la importante “Comisión de Acompañamiento para la Docencia y la Investigación” (Begeleidingscommissie Onderwijs en Onderzoek, BCOO) de la Asociación Noster, a la que perteneció hasta el 1 de enero de este año. También en los círculos feministas eran muy apreciados sus juicios rigurosamente sopesados, sus amplios conocimientos y su capacidad para animar y ayudar a otras personas con su habilidad conciliatoria. Desde el año 2000 hasta 2004 fue presidenta de la red de mujeres teólogas IWFT Vrouwennetwerk Theologie, que Fokkelien van Dijk-Hemmes y Catharina Halkes habían creado en 1976. Apenas había cesado en su cargo en dicha red, a la que pertenecen escasamente 300 miembros, cuando le pidieron que asumiera la presidencia del Fondo Catharina Halkes, cargo que desempeñó hasta su muerte. Su estilo directivo era sobrio, objetivo e iba unido a la capacidad de hacer comprensibles los temas complejos, pero sin perder nunca de vista a las personas implicadas. La experiencia de la amistad fue para ella un importante elixir vital. Kune era una mujer seria y formal que poseía también un gran sentido del humor, del que hacía gala con frecuencia. Muchas personas notan hoy su ausencia y, más que nadie, su marido, sus hijos y sus nietos. Como teólogas y compañeras suyas echaremos en falta su forma sosegada, inspiradora y afectuosa de estar entre nosotras, su capacidad de reflexión y su risa, así como el saludo de despedida con el que solía poner fin a sus conversaciones: “heb het goed!” (¡Qué te vaya bien!).
Prof.ª Dr.ª Angela Berlis, Todos los Santos 2008